A decir verdad, me gustan las mañanas.
Me duele despertar de mi valiosísimo y escaso sueño, pero lo hago.
Tal vez tarde unos diez o quince minutos en poder pensar, creo que todo lo demás lo hago por inercia.
Apagar la alarma, meterme a bañar.
Ayer puse shampoo en la esponja en vez de ese jabón liquido para bañarse.
Me gusta salir de casa a las 5:00 o 5:30 de la mañana, me gusta que aun no amanezca cuando llego a trabajar, ver como es todo cuando esta solo, o cuando solo somos unos pocos.
En la mañana pensé en ti.
Creo que después de lo del lunes te veo de manera diferente, como nunca te vi.
Creo que mejor que nunca.
Mas que nada, mas que todo lo que fuimos y fui, mas que nunca.
Me he dado cuenta que me gusta mucho el tomate.
Cada que como tomate me acuerdo de ti.
Y también pienso en ella, lo cual me recordó anoche, vi a la chica con la que comparto mi nombre, y ella me recuerda a tu chica.
Se lo comente a E****n, la cual me hizo darme cuenta que la chica con la que comparto mi nombre no tiene nada que ver con tu ella, ya que ella es fea, mamona y demasiado rara.
A esta chica y a ella lo único que se les parece es el cabello.
Y siguiendo al tema del tomate, en la mañana me hice un sandwich de tomate con queso blanco.
No se si me recuerda mas a nuestro viaje, o a esa película que tanto me gustaba; Harriet la espía.
Creo que la razón por la que todos odiaron a Harriet es que querían ser como ella, nadie era como ella.
Una cosa si es cierta, me gustaría haber tenido una nana como la de ella, y una casa como la de ella, con ese piso de madera en forma de.. no se que.
Al parecer el proceso de despertar que por lo general dura de diez a quince minutos se ha tardado, cada vez escribo mas y mas estupideces.